Va a ser una Navidad diferente, lo sabemos. Echaremos de menos la alegría de estar juntos en la serenidad. También echaremos de menos los abrazos, los momentos de cercanía física. En esta Navidad atípica en la que no podemos manifestar nuestro amor al mundo exterior, ha llegado el momento de mirar dentro de nosotros mismos. Podemos encontrar en nuestros corazones la fuerza de este amor que va más allá del distanciamiento social, que sabe expandirse más allá del confinamiento. Sólo reviviendo esta parte divina de nuestro corazón, como lo hizo Cristo, podemos ser capaces de acoger con un aliento de amor a aquellos que nos encuentran en el camino de la Vida. En esta Nochebuena recordemos, aunque sea por un momento, tal vez a medianoche, de despertar en nuestros corazones esa llama que lleva su mensaje de amor.
Con todo nuestro corazón te deseamos una Feliz Navidad,
Bernard y Angy Rouch