Cristo, a través de su propia muerte, renació a una nueva vida. Este milagro fue posible gracias a su fe en el Padre y a su amor por toda la humanidad. Los dos últimos años de confinamiento han sido como una pequeña muerte para muchos de nosotros
En este día de renacimiento, confiemos en este mismo poder del amor para volver a florecer como la flor en primavera. Es este mismo impulso de amor el que nos conecta con Dios y nos hace crecer en nuestra fe. Por supuesto, esta confianza no se consigue en un solo día, sino paso a paso. Lo importante es empezar y así encontrar el aliento de vida que nos empuja hacia adelante, hacia el futuro. Felices Pascuas de todo corazón,
Bernard & Angy