Meditación guiada por Bernard Rouch, inspirada en una antigua práctica egipcia y esenia. La práctica de estas antiguas meditaciones enseñaban a encontrar el equilibrio de nuestro ser. Se aplicaban para pacificar la relación con nosotros mismos y con los demás, que son nuestro propio reflejo. Ya en aquella época, la influencia de los pensamientos sobre nuestras células era una evidencia. Nuestro cuerpo es la imagen del mundo de nuestro espíritu.
Para ir de nuevo al encuentro de este estado del alma, con estos ejercicios prácticos redescubriremos los grandes equilibrios de la vida, tal y como eran vividos, investigando las claves de una salud global, y juntos haremos un verdadero viaje de reencuentro con nosotros mismos.